A todos nos gusta lucir una bonita sonrisa, y que nuestros dientes presenten una tonalidad clara que transmita un aspecto sano y estético. Pero cuando el deseo de tener unos dientes más blancos llega a poner en peligro la propia salud bucodental del paciente, se trata de una obsesión. Hablamos de la blancorexia, una adicción que entraña importantes riesgos.
Los dientes sanos no son absolutamente blancos, aunque con una higiene y unos cuidados adecuados, o con ayuda de un tratamiento de blanqueamiento dental a cargo de un odontólogo profesional, se puede conseguir mejorar el color de los dientes haciéndolos más blancos.
Cada vez más personas están poniendo en riesgo sus piezas dentales debido a una nueva y peligrosa moda que consiste en perseguir unos dientes más y más blancos, sin un control experto y sin importar las consecuencias. Hablamos de la blancorexia. ¿Cuáles son los riesgos que entraña este nuevo fenómeno?
Se trata de la obsesión por conseguir unos dientes más blancos, y que puede suponer para la persona exponer su dentadura a tratamientos agresivos.
Las personas que padecen blancorexia poseen una percepción errónea de la coloración real de su dentadura, presentan expectativas poco realistas sobre la tonalidad que pueden alcanzar con los tratamientos de blanqueamiento dental, y no quedan satisfechas con los resultados de los tratamientos.
Uno de los signos de alarma que pueden indicar que una persona presenta este problema es la solicitud reiterada de tratamientos de blanqueamiento dental, o la aplicación de férulas y productos blanqueadores sin control odontológico.
Los motivos psicológicos por los que una persona puede padecer una obsesión desmesurada por la blancura de los dientes debe ser determinada por los especialistas.
Sin embargo, hay otras causas fáciles de identificar, y que están contribuyendo a la propagación del fenómeno:
La mayor parte de los productos blanqueadores contienen sustancias como el peróxido de hidrógeno, o el peróxido de carbamida, y normalmente se aplican mediante férulas.
Usar estas sustancias sin el control de un especialista puede tener una larga lista de efectos indeseados sobre los dientes, especialmente si se aplican de forma reiterada y excesiva, como en el caso de las personas aquejadas de blancorexia.
Algunos de sus efectos pueden ser:
En definitiva, una larga lista de problemas bucodentales que los blancoréxicos pueden acabar sufriendo.
El blanco absoluto no es natural cuando hablamos de los dientes. En el momento en que nuestras piezas dentales gozan de una mayor blancura es durante la niñez, debido a que los dientes de leche tienen una menor cantidad de dentina, que es de color amarillo. Y ni siquiera cuando somos niños son completamente blancos.
Siempre y cuando no actúe alguna causa psicológica oculta en el deseo de tener unos dientes más blancos (en cuyo caso habría que consultar a un profesional de la rama de las ciencias de la salud que se ocupan de estos problemas), hay algunas recomendaciones que puedes seguir para no ser objeto de las obsesiones o las conductas de riesgo para la salud de la boca que desarrollan quienes padecen blancorexia.
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Diseño y Programación: DEL86CV.
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