Técnicas de injerto de hueso

Técnicas de injerto de hueso

12 de octubre 2024

¿Te gustaría recuperar tus piezas perdidas con implantes dentales, pero te han dicho que no tienes suficiente volumen óseo? Los injertos de hueso pueden ayudarte a restaurar el soporte óseo necesario para colocar tus implantes.

Perder dientes es un problema que afecta a tu calidad de vida. La función masticatoria empeora, y además de las molestias que supone no poder masticar bien los alimentos, puede dar lugar a otros problemas digestivos.

Pero además, perder dientes estropea estéticamente el aspecto de tu boca. La sonrisa es muy importante a la hora de relacionarnos con los demás, y las personas que carecen de los dientes más visibles pueden sentirse acomplejadas y es frecuente que intenten evitar incluso sonreír en público.

Los implantes dentales pueden solucionar el problema. Pero ¿qué pasa cuando no hay hueso suficiente para integrarlos?

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El objetivo del injerto de hueso para implantes dentales es aumentar la zona carente de hueso o preservar la cantidad ósea en la zona donde queremos colocar el diente fijo. Mediante esta técnica, logramos una altura y anchura de hueso adecuadas, que garanticen la firmeza del implante. Por tanto, el injerto de hueso no es siempre necesario a la hora de colocar implantes, pero sí está indicado en casos en los que queremos mantener la dimensión ósea de la cresta alveolar después de extraer un diente, para rellenar defectos de hueso de la zona donde se va a colocar el implante o en técnicas de elevación de seno maxilar para conseguir altura ósea en zonas posteriores. 

Mediante la combinación de injertos óseos y membranas (de diversos materiales como el politetrafluoretileno expandido o el colágeno), la regeneración ósea guiada crea un nuevo hueso sano.

En general podemos encontrarnos dos situaciones claramente diferenciadas: la primera de ellas es previa a la pérdida del hueso alrededor del diente, es el injerto post extracción, que sirve para preservar la cresta ósea alveolar tras extraer un diente y para rellenar defectos óseos. Si después de la extracción no colocamos ningún material de injerto y esperamos a que la zona cure de manera natural, la altura y anchura óseas irán disminuyendo debido a la remodelación del hueso alveolar. En cambio, gracias al injerto, podemos estabilizar el hueso donde se encontraba el diente extraído y mantener la misma altura que había antes de la extracción. La segunda situación la encontramos una vez perdido el hueso necesario para la reposición de los dientes perdidos y debemos regenerarlo para poder colocar implantes o conseguir un soporte y estética adecuados para los nuevos dientes. Entre estas técnicas se encuentra la elevación de seno maxilar superior, con la cual el hueso injertado aumenta la cantidad ósea disponible para la colocación del implante dental, proporcionándole así una correcta estabilidad a posteriori.

El injerto de hueso produce cierta inflamación que controlaremos fácilmente con medicación, pero es muy importante que sólo acudas a profesionales de la implantología como los de Clínica Dental Luciano Badanelli para realizarte un tratamiento que requiere tanta técnica y precisión como este. Con los avances odontológicos actuales, se trata de un procedimiento rutinario, que no te causará dolor. Aun así, si te pone nervioso someterte a una intervención dental como esta, te recordamos que puedes solicitar nuestro servicio de sedación consciente.

Si estás pensando en ponerte un implante dental, acude cuanto antes a la Clínica Dental Badanelli. Lo ideal es aprovechar mientras tengas una buena base de hueso con una altura, anchura y calidad adecuadas. Estas características aumentarán el porcentaje de éxito del tratamiento. Pero de no ser así, te aconsejaremos y valoraremos realizar técnicas de regeneración e injerto de hueso.

Equipo de contenidos

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