La gingivitis es una inflamación de las encías, es decir, uno de los tejidos que rodean a los dientes.
Su causa es la acumulación de bacterias o biofilm dental, más conocido como “placa bacteriana”. La acción de las bacterias provoca una infección que inflama la encía.
La detección temprana es fundamental para evitar que pueda derivar en otras enfermedades más graves.
Conocer los primeros signos de la gingivitis puede ayudarte a detectarla a tiempo, aunque debes recordar que el diagnóstico definitivo debe llevarlo a cabo un profesional.
Las encías sanas deben presentar un tono rosado, sin rojeces. Si el color de tus encías es rojizo y brillante, y se puede apreciar hinchazón, es probable que estés padeciendo gingivitis.
Una de las formas de detectar la inflamación es observar la zona interdental, donde la encía sana tiene forma de “punta de flecha”. Si en lugar de ello, la encía está redondeada y presenta un mayor volumen, puedes estar sufriendo la inflamación propia de esta dolencia.
A menos que exista inflamación, las encías no deberían sangrar. Las personas aquejadas de gingivitis experimentan el sangrado de las encías en los siguientes casos:
Si detectas sangrado de las encías, la probabilidad de que presentes un cuadro de gingivitis es muy alta.
La actividad de las bacterias que provocan la gingivitis desprenden una serie de sustancias que generan mal olor, otro de los síntomas propios de esta afección.
Si no se trata a tiempo, la gingivitis podría dar lugar a otra enfermedad de las encías más grave. Hablamos de la periodontitis.
No siempre se da la periodontitis, dado que existen otros factores que pueden influir. Pero el riesgo de pasar de una a otra es bastante alto si no se detiene el proceso.
En la periodontitis, los síntomas propios de la gingivitis (sangrado, hinchazón y enrojecimiento, mal aliento, …) se suelen mantener, aunque de forma más virulenta. Además, en su estadio avanzado se produce una destrucción severa del hueso alveolar, los dientes pueden moverse, cambiar de posición o separarse, e incluso supurar. Finalmente, una periodontitis no tratada probablemente acabará con la pérdida de las piezas dentales.
Además de la periodontitis, existen determinadas investigaciones que apuntan a otras enfermedades o afecciones que podrían estar relacionadas con la gingivitis:
Por suerte, en muchos casos las consecuencias de la gingivitis se pueden evitar, como veremos a continuación.
Evitar la periodontitis antes de que aparezca puede ser una buena medida para evitar poner en riesgo tu salud bucodental, y tener que tratarla a posteriori. Los principales factores de prevención de la gingivitis son:
“Pero ¿qué puedo hacer si ya tengo gingivitis?”, te estás preguntando, quizá. La respuesta, en el siguiente apartado.
Si el problema ya ha hecho su aparición, entonces es necesario aplicar un tratamiento, que en el caso de la gingivitis consistirá en una profilaxis, es decir, una limpieza profesional.
Tras la profilaxis, debes cumplir un calendario de revisiones periódicas en las que tendrás que acudir a la clínica para comprobar tu estado de salud bucodental y descartar una recaída.
En el caso de que la gingivitis hubiese desembocado ya en una periodontitis, el tratamiento al que te deberías someter es diferente (raspado y alisado radicular).
Pero debes recordar la importancia del diagnóstico profesional. Ante cualquier duda, ¡acude a tu odontólogo de confianza!
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Diseño y Programación: DEL86CV.
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